domingo, 20 de diciembre de 2015
sábado, 19 de diciembre de 2015
Michelini, batllista: No podemos hacer unidad con gente que piensa en la línea del Partido Nacional.
En las elecciones de 1946 se cierra un complejo proceso de
transición a la democracia. Es el momento del retorno del batllismo al gobierno
siguiendo la candidatura de Tomás
Berreta. Era muy claro, además, la existencia de dos corrientes dentro del
batllismo, una conservadora liderada por los hijos de Don Pepe, César y
Lorenzo, aglutinados en la lista 14. El bastión de este grupo era el diario El
Día. Se enfrentaba el emergente Luis Batlle Berres con una visión progresista y
con el objetivo de continuar el “inquietismo batllista” adormecido por el golpe
de 1933. La muerte del presidente Berreta en el mes de agosto de 1947 llevó a
la presidencia a Luis Batlle, lo que originó un desorden en el equilibrio de
fuerzas batllistas. Acá la historiografía, no batllista, define el proyecto con
el impulso a la industrialización con el objetivo de derivar el capital a un
proyecto de desarrollo social urbano que dejara conformes a la burguesía
industrial, a los empresarios, los sectores medios y el proletariado(Zubillaga,1991)
En las elecciones de 1959 triunfó nuevamente el Partido Colorado, siendo mayoritaria la
lista 15 pero por muy poco margen, solo
10.000 votos de diferencia con la propuesta de la lista 14 cuyo principal candidato era
César Mayo Gutiérrez. Andrés Martínez Trueba hace unas propuestas decisivas
iniciándose conversaciones entre el batllismo y el herrerismo que terminan en
una acuerdo para reformar la Constitución retomando la idea del Poder Ejecutivo
Colegiado y se establece una Ley Constitucional.
Para Luis Batlle y su sector implicó dificultades de
posicionamiento frente a este proceso que claramente implicaba frenar un avance
de la candidatura del sector quincista a la presidencia, pero oponerse al
proyecto era oponerse a un postulado histórico del batllismo que además estaba
escrito en el programa de gobierno
Con el inicio de la década del 50 el viento favorable a la
economía nacional cambia de dirección. Europa comenzó a recuperarse de la
consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, disminuye la demanda de nuestros
productos de exportación y paralelamente aumentaba el precio de los insumos
industriales. Se generó impaciencia e incertidumbre en los sectores dominantes
que replicaron en los sectores populares y la relación con el Estado. El sector
obrero sindicalizado había aumentado considerablemente como resultado de la
legislación que los proyectaba a partir de la década de 1940. Se van a
desarrollar grandes movilizaciones a partir de 1952. En 1951 se produce la gran
huelga en la planta industrial de ANCAP que culmina con trabajadores
procesados. Este hecho originó una gran coordinación sindical dando origen a la
denominada “huelga de los gremios solidarios” que se extendió por un mes entre
los meses de octubre y noviembre. Y lentamente comienzan los movimientos
estudiantiles que va a llevar a delante el proceso de reforma universitaria. En
Marzo de 1952 asume el gobierno Colegiado, el 20 de ese mismo mes se inicia una
huelga en Salud Pública. El Consejo Nacional de Administración aplicó las
medidas prontas de seguridad previstas en la Constitución y con el aval del
Parlamento. Nuestro país había logrado un régimen salarial muy avanzado para la
época pero los hechos de 1952 radicalizaron la relación entre el capital y el
trabajo. Con la oposición de los quincistas se aprobó la línea dura que
llevaron al procesamiento de dirigentes sindicales, disolución de
organizaciones gremiales y la detención de más de 400 trabajadores. Desde el
diario nacionalista “El País” se justificaba sosteniendo que se trataba de “
defender el orden contra la subversión, la ley contra la violencia organizada,
la libertad contra el libertinaje” César Batlle sostenía que la culpa de la
huelga no era de los obreros sino de los que los “extraviaban” y que de no
haberla derrotado hubiera sido el triunfo de la anarquía. Luis Batlle hizo un
notable esfuerzo por el desarrollo de las exportaciones como mecanismo para
desarrollar la industrialización, oponiéndose tenazmente al FMI. Sin embargo
determinadas alianzas políticas entre ruralistas y herreristas sumada a la
desunión colorada llevaron a la derrota del batllismo. Una visión del fin de la
utopía y la realidad batllista la tenemos en Zelmar Michelini, batllista y
cercano a Luisito.
Zelmar Michelini, apuntalado por Luis Batlle, se mostraba en
1953 como el portaestandarte del radicalismo colorado batllista que parecía
enterrado con el proceso iniciado en 1933. Era año de militancia gremial
bancario experiencia que le permitirá llegar
a la diputación en 1954 y posteriormente ser el líder de bancada quincista.
Una entrevista de 1961 desarrollada por César di Candia en
la Revista Reporter lleva a a
reflexiones sobre los hechos mencionados y que finalmente llevaron a la derrota
del batllismo en 1958 y comienza Michelini afirmando: “ Luego de nuestra
derrota electoral, mucha gente cayó en el simplismo de creer que la desunión
del Partido Colorado había sido la causa de todo. En realidad, nuestras
divisiones internas tuvieron su influencia, pero, fundamentalmente, pesaron
otras razones más importante y más hondas. La derrota nos vino bien. El llano
decanta y purifica a los Partidos. El triunfo
nacionalista clarificó el panorama político dividiéndole en dos tendencias
perfectamente definidas: las derechas alrededor de las dos fracciones del
Partido Nacional y las izquierdas representadas por el Partido Colorado y en particular por el batllismo”. El periodista Di
Candia le pregunta si en las izquierdas incluye a todo los grupos batllistas.
Michelini responde: “ En aquel momento sí, aunque confieso
que pequé de ingenuo. Pero en estos últimos años la posición de César Batlle y
la gente que le responde incondicionalmente, ha sido más conservadora que la de
los propios blancos. Ha acaudillado todo movimiento antiobrerista,
antisindicalista y pro yanqui. El cargo más grande que yo le hago, es el de
haber mechado a la fracción más derechista del país dentro de un partido que
había durante toda su vida el representante de las izquierdas y del
liberalismo. No podemos hacer una unidad con gente que piensa en forma
radicalmente opuesta a la nuestra en todos los problemas, con personas que
están en la misma línea del Partido Nacional”
Antes como ahora, el futuro del batllismo determina el
futuro del Partido Colorado, sin visión progresista de avanzada con ideas y
acción y cercana al ciudadano seremos un testimonio brillante de lo que fuimos.
Ver:
Michelini, Z. Artículos periodísticos y ensayos. Octubre de
1961 Reportaje de César di Candia.
Frega, A y otros. Historia del Uruguay en el Siglo XX.
lunes, 14 de diciembre de 2015
martes, 8 de diciembre de 2015
sábado, 5 de diciembre de 2015
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Zelmar Michelini: Batllista.
Zelmar Michelini fue una de las figuras más brillantes de la
historia parlamentaria del país entre los años 1960 y 1973. Era un orador excepcional, emotivo, intenso y
caudaloso y hablaba con una gran naturalidad. Al decir de Carlos W. Cigluiti “
(Michelini) pensó que podía encontrar las respuestas a loe nuevos problemas,
primero, constituyendo una agrupación política dentro del viejo tronco del Partido Colorado Batllismo y, después,
formando con ese sector un acuerdo político más amplio, ya fuera del lema
tradicional(…) fue un batallador incansable, un periodista vocacional (…) El
que amaba la paz, tuvo que vivir para la constante guerra de las pasiones
políticas. El, que siempre fue incapaz de proferir una palabra de odio y de
venganza, tuvo que soportar la persecución y el ensañamiento. El. Que amaba su
patria, tuvo que vivir los años más duros y dolorosos de su existencia fuera de
ella, y el, que había predicado en todo tiempo la comprensión, la solidaridad
humana y la defensa de los valores humanos fue perseguido y muerto fuera de su
tierra, en uno de los instantes más dolorosos y abominables de la historia del
República”
En un artículo de la Revista Siete Días, Zelmar Michelini
analiza la situación del País, el 21 de diciembre de 1971. El periodista la
presentó como la figura de mayor peso político que la nueva fuerza política, el
Frente Amplio, pueda oponer a los Partidos Tradicionales. Ante la pregunta de :
-¿ por qué abandonó el Partido Colorado? Michelini responde.
- Porque no puedo admitir que dentro de un partido coexistan
programas y hombres antagónicos. La política supone coherencia de ideas y el
Partido Colorado no la tiene. Para ser coherente con mis ideas sólo me quedaba
este camino. ¿ cómo seguir en una partido donde militan hombres que gobiernan
de espaldas al país?(…) teníamos esperanzas de triunfar con el Partido
Colorado. Pudimos hacerlo cuando el Presidente Oscar Gestido nos llevó al
Ministerio de Industria y propusimos la ruptura con el Fondo Monetario
Internacional entre otras medidas. No nos dejaron y allí perdimos la esperanza.
Ahora conocemos la política de los Colorados: a esa política le negamos
nuestros votos.
- Si es así: ¿ por
qué tomó su drástica decisión invocando los propios principios de su ex – partido?
- En todo caso los principios del batllismo. Nunca me sentí
muy colorado sino muy batllista. El Partido nació con la Defensa de Montevideo
durante la Guerra Grande pero Batlle le otorgó su contenido ideológico. Por esa
razón, el batllismo tiene ideas y el coloradismo sentimientos. Pero al
escindirnos no renunciamos a esas ideas. (…) No sirven los precedentes.
Trabajamos con un nuevo Uruguay que exige otras fórmulas de salvación nacional.
Encontrarlas es tarea de este Frente que vamos a formar y que será el tercer
partido que reclaman los uruguayos. Los esquemas políticos actuales quedaron
sepultados bajo el tiempo. El batllismo que hoy predica el Partido Colorado ya
no le sirve al país. Y le doy un ejemplo: Batlle supo fustigar por reaccionaria
a la Iglesia Católica del Uruguay. ¿ qué ocurre cuarenta años después? Que la
Iglesia uruguaya evolucionó más que el propio batllismo y los papeles se
invirtieron. Dígame: Si Batlle viviera ¿ qué haría con estos señores que hoy
invocan su nombre?
Algunos años después.
El primero de marzo de 1972 asume la Presidencia Juan María
Bordaberry y Jorge Sapelli la vicepresidencia, ambos electos por el Partido
Colorado. El presidente contó con el respaldo de su sector político, el
pachequismo y de Unidad y Reforma lista 15. No tenían mayoría parlamentaria y
se buscó el apoyo del Partido Nacional. El Partido Colorado había obtenido 13
bancas en el senado y 41 bancas en la Cámara de representantes. el Partido
Nacional 12 bancas en el Senado y 40 en diputados y el FA 5 bancas de senadores
y 18 en la Cámara de Representantes. Bordaberry realizó una serie de
entrevistas con el Presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional C/N
(r) Omar Murdoch y los principales dirigentes nacionalistas. La mayoría de los
blancos que respondía al liderazgo de Wilson Ferreira Aldunate se negaron a
colaborar con el gobierno. En cambio si aceptó el sector herrerista minoritario
que había llevado adelante loa candidatura de del general Aguerrondo. Este acuerdo recibió el nombre de
"pacto chico" y permitió al Poder Ejecutivo una frágil mayoría de 50
diputados y 16 senadores. a partir de junio de 1972. la situación general del
país era casi comparable a una guerra civil con una andanada muy fuere de
acciones del MLN-T. Desde el 9 de setiembre de 1971 el gobierno anterior había
encomendado la lucha antisubversiva a las Fuerzas Armadas y se había creado la
Junta de Comandantes en Jefe a partir del 17 de diciembre. A partir de esta
fecha el protagonismo militar fue creciendo inexorablemente en una suerte de
equilibrio inestable entre lo cívico y lo militar. Algunos hechos del 'período
muestran lo dramático de la situación:
El 9 de marzo de 1972 la Asamblea General deja sin efecto
los decretos del Poder Ejecutivo que fundamentaban las Medidas Prontas de
Seguridad. Ese mismo día el Poder Ejecutivo remite al Legislativo un Proyecto
de Ley de Seguridad del Estado.
El 12 de abril vuelven a fugarse del penal de Punta Carretas
15 integrantes del MLN-T conjuntamente con 10 delincuentes comunes.
El 14 de abril en la mañana son asesinados por comandos
tupamaros los policías Delega y Leites, el C/C Ernesto Motto y el profesor
Armando Acosta y Lara. Como respuesta en un allanamiento mueren cuatro
tupamaros y son detenidos otros cuatro.
Ese mismo día el Poder Ejecutivo pide audiencia al Poder Legislativo para
suspender las libertades individuales y decretar el estado de guerra interno.
El 15 de abril el Poder Legislativo accede a suspender las
libertades individuales por treinta días y a decretar el estado de guerra
interno con el objetivo de combatir la subversión y al solo efecto del artículo
253 de la Constitución que permite el funcionamiento de la Justicia Militar en
lugar de la civil en los delitos de sedición.
El 24 de abril es secuestrado el diputado y Presidente de la
Cámara de Diputados Héctor Gutierrez Ruiz, es liberado al día siguiente.
El 18 de mayo, día de las Fuerzas Armadas, son asesinados 4
soldados que estaban de guardia en un Jeep frente al domicilio del Comandante
del Ejército, general Florencio Gravina.
El 24 de mayo se ubica dentro de la estancia Spartacus una
amplia Tatucera donde se escondían armas y lugar de escondite del MLN-T
El 27 de mayo se libera la cárcel del pueblo de la calle
Juan Paullier 1192 los secuestrados un año atras Carlos Frick Davies y Ulysses
Pereyra Reverbel y se detiene cuatro tupamaros.
El 12 de junio se inicia un debate entre la CEU (Conferencia
Episcopal Uruguaya) y el Presidente Bordaberry sobre el trato inhumano que se
dan a los prisioneros detenidos por las Fuerzas Conjuntas.
El 20 de junio las Fuerzas Conjuntas exhuman el cadáver del
peón rural Pascasio Ramón Baez Mena en la estancia Spartacus que había sido
asesinado por el MLN al descubrir en forma casual la tatucera.
El 10 de julio se promulga la ley 14068 sobre Seguridad del
Estado que modifica el Código Penal militar, el Código Penal Ordinario y la Ley
de Imprenta
El 26 de octubre el dirigente de Unidad y Reforma, Lista 15 del Partido
Colorado. Dr. Jorge Batlle realiza un discurso por Radio y TV en el que se
refiere a " la ola de rumores en los cuales el país ha vivido en las
últimas semanas. Rumores sobre inestabilidad institucional...una campaña sobre
ilícitos económicos, partidos políticos y dirigentes políticos, que han venido
a sustituir o reemplazar en la atención pública
a la propia sedición" Se refirió además a los procedimientos
realizados por lo militares en relación a la infidencia. Sostuvo que si los
militares lo realizaron por propia iniciativa el hecho revela " falta de
disciplina en un lugar donde la disciplina es fundamental" y que "si
lo realizaron por consejo de Amodio Pérez, da la pauta que alguna gente puede
decir verdad cuando dice que el contacto permanente con algunos ideólogos de la
sedición y alguna gente, les ha hecho creer un poco las razones que la sedición
aducía para matar oficiales y matar civiles y para secuestrar gente"
(...)"si fue por orden superior, entonces tiene que hablar claro"
El 27 de octubre, a las 14:50, el Dr. Jorge Batlle fue
detenido por las Fuerzas Armadas en el local del diario Acción que dirigía por
el discurso que había efectuado el día anterior. Estuvo preso hasta el 20 de
noviembre. La consecuencia inmediata fue el retiro del sector quincista del
gobierno y pasar a la oposición. El presidente Bordaberry perdió un apoyo
fundamental. En tanto la sociedad uruguaya no percibió que la primera fase el golpe de Estado se había cumplido.
El 3 de Noviembre de 1972 con el título “La lógica de la historia” Michelini escribe
en Marcha su visión sobre el arresto del Dr. Jorge Batlle.
(…) la detención y el procesamiento del ciudadano Jorge
Batlle, nada menos y nada más que un ciudadano, el elemento primario en que se
basa toda la sociedad. Demás está que digamos que no nos alegra su prisión y
que nunca hacemos leña del árbol caído. Bien sabemos y lo sabe la ciudadanía
que si estuviésemos en el gobierno- el Frente Amplio por supuesto- el doctor
Jorge Batlle jamás hubiera sido detenido por las opiniones en su alocución.(…)
Para resolver la crisis que el país padece y para erradicar definitivamente las
causas que la generan nosotros hubiéramos adoptado soluciones totalmente
distintas y en ningún momento el cercenamiento de libertades y la reforma de
normas y procedimientos de justicia que son los que padece hoy el doctor Jorge
Batlle. Durante años- fundamentalmente desde 1968 en adelante- y en forma
principal en lo que va de este período, hemos estado en total discrepancia con
el sector que él representa, responsable notorio dela situación actual de país (…)
Antes habíamos discrepado con la conducción económica que llevó al país a una
situación de postración y dependencia, origen en última instancia de toda la
acción guerrillera. Se entendió por los grupos que apuntalan al gobierno- Jorge
Batlle en primera línea- que la represión era la única forma de salvar al país
y en aras de esa represión, para hacerla realmente efectiva, se otorgaron
plenos poderes, excepcionales en la tradición nacional: medidas de seguridad,
suspensión de garantías, estado de guerra, ley de seguridad.
Epilogo.
Michelini siempre
dejaba traslucir si ser batllsita. “Las personas tienen derecho a hacer todo lo
que la ley no prohibe; los organismo públicos sólo pueden hacer lo que la ley
les permite; si no se cumple con ese principio y si no se respetan los derechos
de los demás, si se avasalla el funcionamiento de las instituciones entonces no
hay democracia”.
“La violencia que aplica el gobierno es propia del régimen
que pretende subyugar y que desprecia los fines de la justicia por los que
lucha el pueblo; es la violencia del régimen la que engendra violencia. El
pueblo responde en forma combativa, movido por la urgencia que anima la mente y
el corazón de los que luchan por la justicia, pero la violencia del pueblo
aparece al fin de todo un proceso y no al principio, al principio están el
infraconsumo, el subdesarrollo, el privilegio, el abuso, la arbitrariedad , la
miseria, la desigualdad, está la clase dominante. No empieza la violencia con
los tupamaros, que ni se mencionan entre los motivos de las medidas del 13 de
junio de 1968.” Este es el debate actual, cuando empieza la violencia en
nuestro país. Los sucesos parecen , por lo menos , avivar fuegos en el cual la
guerrilla tuvo su parte importante y la Guerra Fría y la pérdida de valores
democráticos hizo el resto.
En 1973 Zelmar Michelini, se exilió en Buenos Aires. Trabajó
como periodista en el diario “La Opinión”, hizo
múltiples denuncias sobre lo que
estaba pasando en el país (Tribunal Russell, 1974), intervino en todas las
acciones de resistencia organizadas, recibió amenazas y presiones de todo tipo
incluso la dictadura le canceló el pasaporte, hasta su secuestro ocurrido el 18
de mayo, y la muerte, producida el 20, día de su cumpleaños.
Ver:
Michelini, Z. Artículos periodísticos y Ensayos. Cámara de Senadores. Homenaje 13 de agosto de
1986. Tomo V.
Frega, A. y otros. Historia del Uruguay en el Siglo XX EBO.
2007.
lunes, 30 de noviembre de 2015
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